Demasiadas personas sucumben a la creencia errónea de que ser simpático proviene de rasgos naturales que sólo pertenecen a unos pocos afortunados: los buenos, los ferozmente sociales y los increíblemente talentosos. En realidad, ser simpático está bajo tu control, y es una cuestión de inteligencia emocional (EQ). Cómo no ser "unlike".

En un estudio realizado en UCLA, los sujetos calificaron a más de 500 descripciones de personas basadas en su percepción de “likability”. Los descriptores más valorados no tenían nada que ver con ser inteligentes o atractivos (características innatas). En cambio, los principales descriptores eran sinceridad, transparencia y capacidad de comprensión a otra persona.

Estos adjetivos describen a personas que son expertos en el aspecto social de la inteligencia emocional. Los datos de la investigación de TalentSmart de más de un millón de personas muestran que las personas que poseen estas habilidades no sólo son muy agradables, si no también, ellos superan a quienes no lo hacen por un gran margen.

La habilidad es tan poderosa que puede alterar completamente su rendimiento. Un estudio de la Universidad de Massachusetts encontró que los gerentes estaban dispuestos a aceptar el argumento de un auditor sin pruebas de apoyo si él o ella era agradable.

No seas “unlike”

1. Vanidad

Todos conocemos a aquellas personas a las que les gusta vangloriar de sí mismos detrás de la máscara de la auto-depreciación. Por ejemplo, la chica que se burla de sí misma por ser un nerd cuando realmente quiere llamar la atención sobre el hecho de que ella es inteligente o el hombre que se burla de sí mismo por tener una dieta estricta cuando realmente quiere que usted sepa lo saludable y en forma que está. Mientras que mucha gente piensa que la auto-depreciación enmascara su jactancia, todo el mundo ve a través de ella. Esto hace que el jactarse sea aún más frustrante, porque no es sólo jactancia; es también un intento de engañar.

2. Ser demasiado serio

La gente se acerca a los apasionados. Dicho esto, es fácil para las personas apasionadas a encontrar como demasiado grave o desinteresado, porque tienden a ser absorbidos en su trabajo. Las personas interesantes equilibran su pasión por su trabajo con su capacidad para divertirse. En el trabajo son serios, pero amistosos. Todavía hacen las cosas porque son socialmente eficaces en cantidades cortas de tiempo y capitalizan en valiosos momentos sociales. Se centran en tener interacciones significativas con sus compañeros de trabajo, recordando lo que la gente les dijo ayer o la semana pasada, lo que demuestra a las personas que son tan importantes para ellos como su trabajo.

3. No hacer suficientes preguntas

El mayor error que cometen las personas en la conversación es estar tan centrado en lo que van a decir a continuación o cómo lo que la otra persona está diciendo va a afectarles que no escuchan lo que se dice. Las palabras vienen a través de alto y claro, pero el significado se pierde. Una manera simple de evitar esto es hacer un montón de preguntas. A la gente le gusta saber que la están escuchando, y algo tan simple como una pregunta de aclaración demuestra que no solo está escuchando, sino que también se preocupa por lo que está diciendo. Usted se sorprenderá de cuánto respeto y aprecio gana apenas haciendo preguntas.

4. Secuestro emocional

Mi empresa ofrece evaluaciones de retroalimentación de 360°, y nos encontramos con demasiados casos de gente lanzando cosas, gritando, haciendo llorar a la gente, y otros signos reveladores de un secuestro emocional. Un secuestro emocional demuestra baja inteligencia emocional. Tan pronto como muestre ese nivel de inestabilidad, la gente se preguntará si es o no confiable y capaz de mantenerlo junto cuando cuenta.

Explotar a cualquier persona, sin importar cuánto puedan "merecerlo", convierte una gran cantidad de atención negativa a tu manera. Serás etiquetado como inestable, inaccesible e intimidante. Controlar tus emociones te mantiene en el asiento del conductor. Cuando eres capaz de controlar tus emociones en torno a alguien que te perjudica, terminan buscando a otro en lugar de a vos.

5. Dependencia del teléfono

Nada convierte a alguien en desagradable tan sólo por en un mensaje de texto o incluso una rápida mirada a su teléfono. Cuando te comprometes a una conversación, concentra toda tu energía en la conversación. Encontrarás que son más agradables y efectivas cuando te sumerges en ellas.

6. Ser, no conocer

Es genial conocer a gente importante e interesante, pero usar cada conversación como una oportunidad para darle nombre es pretencioso y tonto. Al igual que los humillantes, se ven a través de ella. En lugar de hacerte ver interesante, hace que la gente se sienta como si fueses inseguro. También reduce lo que tienes que ofrecer.

La gente es antipática a aquellos que están desesperados por la atención. Simplemente ser amable y considerado es todo lo que necesita para ganar a la gente. Cuando habla de una manera amistosa, confiada, y concisa, la gente es mucho más atenta y persuasiva que si intenta demostrarles que es importante. La gente se aferra a su actitud rápidamente y se sienten más atraídos a la actitud correcta que a quién conoce.

7. Chusmerío

La gente se ve terrible cuando se dejan llevar por chismes. El hablar en voz baja de las “jugarretas” o las desgracias de otras personas pueden acabar perjudicando sus sentimientos. El chisme está garantizado para hacerle parecer negativo y rencoroso a la vez.

8. Tener una mente cerrada.

Si quieres ser simpático, debes ser de mente abierta, lo que te hace accesible e interesante para los demás. Nadie quiere tener una conversación con alguien que ya ha formado una opinión y no está dispuesto a escuchar. Tener una mente abierta es crucial en el lugar de trabajo, donde accesibilidad significa acceso a nuevas ideas y ayuda. Para eliminar nociones preconcebidas y el juicio, es necesario ver el mundo a través de los ojos de otras personas. Esto no requiere que usted crea lo que ellos creen o tolerar su comportamiento; simplemente significa que dejas de juzgar el tiempo suficiente para comprenderlos realmente.

9. Compartir demasiado, demasiado pronto.

Mientras que conocer a la gente se requiere una cantidad importante de compartir, compartir demasiado sobre uno mismo de inmediato no es demasiado bueno. Tenga cuidado de evitar compartir problemas personales y confesiones con demasiada rapidez. La gente amable deja que la otra persona los guíe en cuanto a cuándo es el momento adecuado para que se abran. El exceso de compartir aparece como auto-obsesionado e insensible al equilibrio de la conversación. Piense en esto: si está entrando en el punto de la cuestión de su vida sin aprender sobre la otra persona primero, está enviando el mensaje que los ve como nada más que un tablero de resonancia para sus problemas.

Por Travis Bradberry