Forbes Argentina
Home-2-Header-3
Editorial
Share

14 Agosto de 2018 18.34

Cuando el éxito de un emprendimiento depende de la voluntad ajena, la influencia de quien lidera es un activo invaluable.

Cuando emprendemos y pagamos sueldos, además de otorgar beneficios y privilegios a los colaboradores por las tareas realizadas, nuestro liderazgo no encuentra grandes dificultades más allá de algunos pormenores. Es un liderazgo prácticamente de hecho. Está sustentado sobre la autoridad que logra administrar las retribuciones. Por el contrario, si emprendemos, y quienes nos acompañan son voluntarios que colaboran en un proyecto, lo único que tenemos es la influencia; el liderazgo en su más pura esencia. No es posible que los colaboradores acompañen una decisión si al intentar liderarlos no tenemos influencia para lograr que nos sigan, y mucho menos para que acompañen una causa.

Los cinco principios a continuación dan una idea global acerca de la importancia de la influencia en el liderazgo. Tomá nota.

La influencia es al liderazgo lo que el carácter es a la persona.

Las personas que nos siguen, muchas veces no saben qué es aquello que las hace seguirnos; tampoco saben a ciencia cierta porqué dejan de hacerlo. Como dice John Maxwell, “el liderazgo es influencia: nada más, nada menos” y “todo cae o sube por el liderazgo”. Las personas advierten el nivel de nuestro liderazgo en situaciones cotidianas.

Nuestra influencia no actúa en todas las áreas y con todas las personas por igual.

Es posible que dentro del equipo de trabajo tengamos mayor influencia con algunos y no tanto con otros. Lo mismo es cierto en los lugares en los que actuamos. A veces podremos interactuar cómodamente con un grupo y en un lugar determinado; otras veces necesitaremos más tiempo para poder crear un espacio en el que la influencia tenga lugar.

Positiva o negativa, la influencia siempre está presente.

Los líderes crean el ambiente. La influencia es comunicación y, como postuló el teórico Watzlawick: “es imposible no comunicar”. Siempre estamos comunicando, por lo que será mejor que aprendamos a hacerlo si es que esa es una de nuestras debilidades. Al crear el ambiente generamos expectativas a los demás, de este modo es posible acompañar esas expectativas con hechos que las concreten y así generar aún mayor influencia, basándonos en la credibilidad entre lo que decimos y hacemos.

La influencia puede agregar valor a las personas.

Cuando la influencia no agrega valor a los demás es porque está siendo utilizada para beneficio propio. Los líderes que influyen y dirigen pensando en sus propias necesidades manipulan a los demás para ganancia personal. Ahora bien, cuando utilizamos nuestra influencia y nos posicionamos para agregar valor a los demás es cuando podemos ayudar a las personas a que logren escribir futuro en su presente y alcanzar sus sueños.

A mayor influencia, mayor responsabilidad.

Responsabilidad significa “habilidad para responder”. Cuanta mayor influencia pretendamos tener, mayor será el grado de habilidades que deberemos incorporar: comunicación, asertividad, empatía, liderazgo interpersonal, etc. No es sólo cuestión de querer incrementar la influencia sin incrementar las responsabilidades. La responsabilidad es una variable dependiente de la influencia.

Para crecer en liderazgo es necesario que el equipo de trabajo, o quienes forman parte del emprendimiento o empresa, tengan la convicción que quien los está guiando ha adquirido habilidades, y continúa haciéndolo en pos de mejorar la vida de los colaboradores. Sólo de esta manera construirá influencia.

*Gabriel Nuñez es licenciado y profesor en Marketing. Coach, Mentor, Maestro y Keynote Speaker internacional certificado por IMC. Miembro fundador de John Maxwell Team en Español. Miembro del equipo de coaches de Ismael Cala, Cala Enterprises. Creador del concepto “Everlasting Branding” (Marca Personal) y “Equipos Que Lideran” (La Marca de los Equipos Exitosos). Fundador del espacio Mentoring Café. Autor y co-autor de textos acerca de liderazgo y marketing.

loading next article
10